Esta es la historia de dos soldados destinados en Afganistán, Kevin Elliot y su amigo Barry Delaney.
Durante su estancia en Afganistán se hicieron la promesa de que si uno de ellos caía en combate el otro iría a su entierro vestido de mujer, con un vestido amarillo y calcetas rosas.
Con apenas 24 años falleció Kevin Eliot en combate y al entierro acudieron con su uniforme reglamentario los compañeros de armas del caído, excepto Barry, que haciendo honor a la palabra dada acudió como había prometido hacerlo: vestido de mujer.
Hay que tenerlas como pelotas de tenis para cumplir esa promesa, lo fácil hubiera sido no hacerla, total, ¿quien se lo iba a reprochar?
Eso es valor, coraje, compañerismo, lealtad a la palabra dada pero sobre todo, un pedazo de amigo.