Un lugar a prueba de todo tipo de desastres que almacena en sus entrañas millones de semillas en unas condiciones en las podrían sobrevivir durante cientos de años.
Estas semillas son las copias "sobrantes"; son copias de seguridad de copias de seguridad de semillas de cultivos depositadas en bancos genéticos de todo el mundo, enviadas por naciones rivales de todo el planeta. Incluso Corea del Norte tiene un deposito de semillas en este lugar.
El también llamado Banco Mundial de Semillas de Svalbard está diseñado para sobrevivir a la acción del hombre, los desastres naturales y el paso del tiempo.
Ah y la bóveda también tiene más de 20.000 semillas de marihuana, lo que garantiza que también sobreviviría a una apocalípsis.
El almacén de semillas más grande del mundo se mantiene firmemente sellado la mayor parte del año, sólo unas pocas personas tienen acceso a la bóveda y no hay empleados permanentes en el lugar.
El gobierno de Noruega es propietario de la instalación, es el que ha llevado a cabo la mayor parte de la construcción y los costes operativos aunque también ha contado con la aportación de inversores privados como las fundaciones de Bill Gates y Rockefeller, pero todos los países pueden almacenar sus semillas en la bóveda de forma gratuita. Funciona más o menos de la misma manera que la caja de seguridad de un banco.
El año pasado, con motivo de la guerra de Siria, se realizó la primera retirada de la 'Bóveda del Juicio Final'. Si bien no era exactamente el escenario del "fin de los días" para lo que fue construido originalmente, si un país no puede acceder a su propio banco de semillas en el caso de sequía, guerra o cualquier otra catástrofe, la bóveda actúa como una red de seguridad, uno de los motivos por los que fue construida la instalación.
Cuando científicos agrícolas de Oriente Medio no pudieron acceder a sus instalaciones en Alepo, Siria, como resultado del conflicto en curso, se autorizó en 2015 la primera retirada de las semillas de su historia; Un total de 130 de las 325 cajas que habían depositado antes de la guerra, entre ellas trigo, cebada y pastos.
Ya han pasado 8 años desde que llegaron las primeras semillas en enero de 2008 y en la actualidad hay más de 1,5 millones muestras de semillas cuidadosamente almacenados bajo la ladera de la montaña ártica. La idea de la creación de Svalbard estuvo encabezada por el conservacionista estadounidense Cary Fowler, ex director ejecutivo del Global Crop Diversity Trust, ahora consultor jefe, organización que comparte los gastos de funcionamiento de la instalación con Noruega. Es un defensor de alto perfil de la protección de la diversidad genética de los cultivos del mundo con la vista puesta en el cambio climático y afirma abiertamente que la bóveda ha puesto fin a la extinción de los cultivos.
Svalbard costó más de 9 millones de dólares y de acuerdo con la ley noruega, los proyectos de construcción financiados por el gobierno que superen un determinado coste debe incluir alguna obra de arte, por lo que en la entrada a la instalación enterrada a 120 metros de profundidad en el Ártico, una surrealista e iluminada entrada diseñada por una artista noruego señala la ubicación de la bóveda desde la distancia.
La remota isla de Spitsbergen se utilizó por primera vez como base de cazadores de ballenas en los siglos XVII y XVIII, tras lo cual fue abandonada hasta que resurgió junto con la minería del carbón que se inició en el siglo XIX, A 130 metros sobre el nivel del mar, aunque las capas de hielo se derritieran el sitio se mantendría seco e incluso si el equipo de refrigeración fallara pasarían varias semanas antes de que la temperatura de la instalación alcanzara la temperatura circundante de -3 grados centígrados.
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