Un monumento a los ratones de laboratorio por sus servicios prestados a la ciencia se puede contemplar en una plaza cercana al Instituto Académico de Citología y Genética de la Academia Rusa de Ciencias en laboratorio de Siberia. El monumento de bronce muestra un ratón con una bata de laboratorio y gafas que teje con agujas la doble hélice del ADN.
El monumento fue inaugurado el 1 de julio de 2013, en el 120 aniversario de Novosibirsk. Según el director del Instituto, el académico Nikolai Kolchanov, el monumento simboliza el agradecimiento de la humanidad hacia estos pequeños animales, gracias al uso de ratones se han podido estudiar los genes, y los mecanismos moleculares y físicos de las enfermedades y se han desarrollado nuevos fármacos. Sin la ayuda de los animales de laboratorio, ratones, gatos, perros o monos, habría sido imposible la investigación y como consecuencia, el hallazgo de nuevas medicinas y tratamientos.
El escultor Alexey Agrikolyansky, autor de la escultura dedicada al ratón de laboratorio, admitió que no fue una tarea fácil, ya que el ratón no es un ser humano, y era necesario crearlo de forma que transmitiera emoción, carácter, había que encontrar una mezcla entre un personaje de dibujos animados y un ratón de verdad, pero manteniendo sus parámetros anatómicos.