Esta es la triste y emotiva historia de una joven donante de órganos de 22 años y la receptora de su corazón, que se enteró de la lista de deseos de su donante.
Kristina Chesterman, la chica de la derecha, era una joven estudiante de enfermería de 22 años de edad. Como muchos jovenes de de sus edad, tenía una lista de deseos que quería realizar antes de morir, como viajar alrededor del mundo, correr por un campo de amapolas, montar en un camello o aprender a pilotar un avión.
Además de Susan Vieria, Chesterman ha dado una nueva oportunidad de vivir a otras cuatro personas, entre ellas dos bebés, uno de los cuales recibió una porción de su hígado, y un amigo de la familia, Sakariah Pappachan, que recibió un riñón.
Kristina Chesterman, la chica de la derecha, era una joven estudiante de enfermería de 22 años de edad. Como muchos jovenes de de sus edad, tenía una lista de deseos que quería realizar antes de morir, como viajar alrededor del mundo, correr por un campo de amapolas, montar en un camello o aprender a pilotar un avión.
El pasado mes de septiembre, cuando se dirigía a su casa en bicicleta fue embestida por un conductor ebrio que se dio a la fuga después de atropellarla.
Tras el accidente Kristina Chesterman quedó en coma y unos días mas tarde, murió.
Kristina era donante de órganos y gracias a ella se pudieron salvar varias vidas.
Susan Vieira, una enfermera jubilada que sufría de insuficiencia cardíaca congestiva y que estaba en la lista de espera de trasplantes de corazón desde julio, recibió el corazón de Kristina.
Susan Vieira al enterarse de la lista de deseos de Kristian dijo que haría todo lo posible por que los sueños de la joven donante se hagan realidad.
Recientemente se reunieron Susan Viera y Sandra Chesterman (a la derecha), madre de Kristina. "Creo que el corazón de Kristina estaba destinado para Susan", dijo en el emotivo encuentro.
Riley Hoover, el conductor que se estrelló contra la bicicleta de Chesterman el pasado 22 de septiembre 2013, y luego huyó, está a la espera de juicio. Puede ser condenado a una pena de hasta 14 años de prisión si es declarado culpable de omisión de socorro y de conducir ebrio.